Museo de la Mina de Arnao

Es el primer pozo vertical perforado en Europa y la única mina de España cuyas galerías se extienden bajo el lecho marino. Su castillete, conocido como ‘El Güelo’ y recubierto de zinc, es el más antiguo de cuantos quedan en Asturias, y en 1858 recibió la visita de la Reina Isabel II. Casi un siglo después de que, en 1915, una gran filtración de agua de mar obligase a la Real Compañía Asturiana de Minas a clausurarla, la mina de Arnao, icono y cuna de la industrialización asturiana, vuelve a la explotación. No como filón carbonífero, sino turístico.

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El paisaje cambia cuando, tras atravesar el pequeño túnel, se abre la playa de Arnao. Es un lugar peculiar, con aire propio, como anclado en el tiempo. El conjunto minero se encuentra al fondo. Una vez visitado El Casino se accede al interior de ‘El Güelo’. Allí espera la jaula, un ascensor acristalado que tras un viaje de diecinueve metros en vertical deja al visitante en el interior de las galerías, la parte estrella de la visita. No hay trampa ni cartón. Las galerías (el tramo visitable, de unos 80 metros de longitud, se encuentra al nivel de la playa, no bajo el mar) están como estaban, recubiertas de ladrillo, húmedas, desnudas, escasamente iluminadas. Huele a azufre, y el correr del agua se oye por todas partes.

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